Anduvimos por un sendero que nos condujo hasta un bosque de coihues, lengas y ñires achaparrados que, a su vez, es área de acampe. Ansiosos por encontrarnos con los huemules, divisamos dos de ellos en lo alto de un peñasco. Hacia allí apuntamos nuestras cámaras fotográficas deseando que no se asustaran y desaparecieran. Evidentemente, estaban acostumbrados a los visitantes y nos permitieron ver sus movimientos y elegancia.
En esta área es común ver ejemplares jóvenes, ya que en la edad adulta los liberan para que realicen su vida en el campo. Solo el macho cuenta con una cornamenta con dos astas. El cuerpo de estos animales no supera un metro de altura y su peso promedio es de unos 70 kilogramos. El pelaje es un color que varía entre el café y el amarillo dorado con manchas grises, según la época del año.
El material informativo que nos proporcionaron decía que no son los únicos que habitan la reserva. Conviven con zorros, guanacos, pumas, chingues, peludos y vizcachas. En nuestro caso, solo vimos huemules en distintas actitudes pero siempre tranquilos y disfrutando del entorno.
Luego de pasar una tarde en la casa de los huemules, decidimos volver para evitar el frío y viento del crepúsculo. Llevamos con nosotros la sensación de haber estado en un sitio donde estos cérvidos en vías de extinción tienen asegurada la continuidad de la especie.
Ubicación
Características
Duración2 horas aproximadamente, con 20 minutos de caminata en la reserva.
DificultadBaja.
Extras
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Cómo llegarDesde Cochrane se recorren 6 kilómetros hacia el noroeste, se bordea el río Cochrane. Luego hay un desvío para acceder a las embarcaciones que llevan a la entrada de la reserva.
HorarioEs diferente de acuerdo al momento del año.
Para tener en cuentaEn tiempo de pesca, puede aprovecharse alguna de las excursiones programadas para aunar ambos paseos.