Finalmente, en el año 1998 el museo encontró su lugar: un viejo edificio que se encontraba abandonado dentro del parque municipal de Castro, diseñado en la década del ‘70 por el arquitecto Isaac Ezquenazi.
Con el aporte de diferentes organismos, la construcción se fue ampliando y hoy en día ofrece varias salas de exposiciones, recepción, administración, sala audiovisual (donde funcionan el cine y el teatro) y un taller de restauración y bodega permanente. Además, desde el año 2005 en el MAM funciona el Taller de Residencia, un centro de producción y experimentación de arte contemporáneo, donde se da albergue a diferentes artistas de todo el mundo que acuden al lugar para trabajar en sus obras. Como si fuera poco, el edificio fue premiado en la X Bienal de Arquitectura de Santiago en la categoría Restauración y reciclaje.
El museo no recibe subvención alguna y se mantiene gracias a las donaciones y los aportes de la Sociedad de Amigos del MAM, lo cual asegura su independencia. Asimismo, es uno de los pocos museos del mundo sin personal pagado y el valor de la entrada es a voluntad del visitante.
El MAM alberga hoy más de 400 obras de artistas locales, nacionales e internacionales. Sus exposiciones principales varían todas las temporadas de verano, lo cual deja en claro su misión: “Difundir el arte contemporáneo en todas sus manifestaciones posibles y libre de criterios ideológicos o religiosos, desde un escenario digno e independiente”.