Paseos y excursiones:
Ventana al pasado
Marcelo Sola Marcelo SolaEn medio del verde del valle del río Hurtado se encuentra el Monumento Natural Pichasca. Este sitio, de notable interés arqueológico, paleontológico y geológico, es considerado por los especialistas como una verdadera ventana a la prehistoria chilena.
El parque se encuentra a 55 kilómetros de Ovalle y conforma una de las áreas naturales protegidas del país donde es posible entrar en contacto directo con troncos petrificados y con hallazgos en roca de fósiles de dinosaurios y hasta ingresar a un alero rocoso que fue refugio del hombre hace 10.000 años.
Para llegar a este "parque jurásico" chileno, salimos de la capital de la provincia de Limarí por la ruta D 595. Tras recorrer unos 17 kilómetros, pasamos frente a las cristalinas aguas del Embalse Recoleta, que cuenta con una capacidad de 100 millones de metros cúbicos de agua. En este punto ingresamos al valle del río Hurtado y la belleza del lugar comenzó a dibujarse.
El camino se encuentra pavimentado hasta la localidad de Samo Alto. Durante el recorrido fuimos encontrando caseríos como Tohuinco, Tabaqueros y Huampulla. En Samo Alto se destaca la centenaria plaza y la antigua iglesia de la localidad andina.
Adelante, encontramos el caserío de San Pedro Norte. Tras cruzar el puente del río Hurtado, nos enfrentamos a una empinada cuesta hasta llegar a las puertas del Monumento Natural de Pichasca, que es administrado por la Corporación Nacional Forestal (CONAF).
La vista panorámica que se obtiene desde este lugar es incomparable. Los cerros colmados de cardones, quiscos, olivillos y pimientos forman un fuerte contraste contra al verde intenso del valle.
Comenzamos a transitar dentro de las 128 hectáreas que conforman el parque. El sitio cuenta con un Centro de Información Ambiental donde se muestran las especies de flora y fauna de la zona, además se informa sobre los descubrimientos paleontológicos y arqueológicos que se produjeron en el sector.
Luego de avanzar unos kilómetros, dimos comienzo al trekking, que tiene entre 40 a 60 minutos de duración, por un sendero que se interna en los cerros. Fuimos efectuando distintas paradas en los puntos señalados para comprender mejor el sitio que estábamos visitando. El sendero cuenta con información escrita en grandes paneles.
Avanzamos por el camino que se encuentra muy bien delimitado y nos encontramos frente a un cementerio de troncos petrificados. Con gran asombro apreciamos estos árboles de la prehistoria. La sustitución de los elementos orgánicos de los árboles por minerales como el silicio creó estas rocas que tendrían más de 75 millones de años. Muchas de estas muestras han sido unidas como si fueran un rompecabezas para su mejor apreciación.
Continuamos avanzando bajo el intenso sol que caracteriza a la región. El perpetuo silencio de Pichasca se adueñó del ambiente. La próxima parada la realizamos donde se encontraron los restos de un dinosaurio perteneciente a la familia de los titanosaurios. En rigor, el hallazgo no fue completo; se han encontrado costillas, vértebras y un húmero que pertenecieron a un dinosaurio clasificado como Antarctosaurus wichmannianus. También encontraron placas de caparazón de tortuga, posiblemente de agua dulce.
Al finalizar el sendero, accedimos a otros dos importantes sectores del parque que hacen más atractivo el estado prehistórico del lugar. Primero visitamos la maqueta de un titanosaurio como el que fue encontrado en la región en cuestión, a tamaño real, ubicado en una gran explanada.
Luego fuimos hacia un alero rocoso que es una especie de cueva que utilizaron los hombres que llegaban al lugar en busca de protección en sus travesías de la cordillera hacia el océano, hace unos 10.000 años. En el lugar se han encontrado restos de asentamientos humanos como piezas de cestería, alimentos, puntas de flecha y pinturas rupestres en el techo. Sobre uno de lo laterales observamos una representación que da pie a imaginar cómo era la vida en ese lugar.
Así finalizamos la visita al Monumento Natural de Pichasca y por un instante tuvimos la sensación de haber viajado en el tiempo. Al visitar la IV Región de Chile, recomendamos sin duda asistir a Pichasca, una cuidada joya que se encuentra en el corazón del valle del río Hurtado, una imaginaria ventana al pasado que da testimonio de los distintos procesos que atravesó la tierra en estas latitudes hace cientos de miles de años.
© 2007-2025 Prohibida su reproducción total o parcial. Derechos de Autor 675243 Ley 11723