Poniendo proa al mar
En cada rincón visitado el denominador común fue la naturaleza vestida de todos los tonos de verde imaginables. También la impronta que dejó la actividad pesquera.
Un poblador nos relató: “Hasta mediados del siglo pasado, el puerto de Aysén contaba con buen calado, que admitía el ingreso de grandes barcos, y las industrias pesqueras dieron crecimiento económico a la región. Erosiones posteriores impactaron sobre su cauce y fueron limitando su uso a barcas de pequeño porte”.
Llegando por la calle O’Higgins, en el puerto Aguas Muertas, encontramos un gran número de coloridas barcas pesqueras esperando la hora de salida por el estuario hacia el mar. Allí, hombres acostumbrados a desafiar vientos y olas marinas realizaban tareas de mantenimiento hasta el momento en que la marea les permitiera zarpar. Música de origen isleña los acompañaba.
Seguimos por la calle O´Higgins hacia el puerto y el lago Los Palos. Es una zona de cambios bruscos de vegetación y montañas con mucha roca a la vista. En ese sector más agreste se respiraba aire puro. Cerramos el paseo marítimo con la imagen de San Pedro, patrono de los pescadores.
Lentamente, regresamos hacia el centro y caminamos por su principal calle comercial: la Sargento Aldea. Otra vez el rumor de una ciudad que vivía, actuaba y se desarrollaba con ímpetu. Sus anchas veredas nos ofrecieron unos cómodos bancos de madera para instalarnos y descansar un rato.
Pudimos realizar todo el recorrido en auto, salvo aquellos rincones en que tuvimos entusiasmo por caminar. Cuando habíamos dado toda la vuelta a la ciudad, observamos el puente colgante Presidente Ibáñez que une las orillas del río Aysén. Considerado uno de los más largos de Chile, fue declarado Monumento Histórico y con sus dos arcos metálicos de 25 metros de altura y sus fuertes cables de acero ofrece una muestra de poderío y rigidez que contrasta con la naturaleza verde con la que convive.
Los ventisqueros y campos de hielos milenarios del Parque Nacional Laguna San Rafael son los principales atractivos para los visitantes que arriban a Puerto Aysén. Pero este destino tiene mucho más para ofrecer.
Nuestro recorrido nos dejó la impresión de una ciudad con innumerables actividades por conocer. Gracias a la ayuda de muchos de sus habitantes, pudimos acercarnos a cada una de ellas.