Exige a los jinetes notable destreza, estado físico y una buena coordinación entre los individuos que componen la pareja o collera que, a su vez, son entrenadores de sus propios caballos. Participan jinetes a partir de los 14 años y no hay edad máxima. Alrededor de 120 colleras deberán clasificar durante las dos primeras jornadas para obtener el paso a la jornada del domingo.
Ya en la pista, los ayudantes dan los últimos retoques. Dos zonas se destacan claramente: el apiñadero y la medialuna, que son rastrillados a la perfección. Las puertas de entrada y salida de jinetes y animales están ajustadas hasta el mínimo detalle.
Las colleras muestran su habilidad
Mientras, en las gradas se van acomodando los primeros en llegar. Las conversaciones de los huasos son interesantísimos: datos de los corredores, entretelones de contiendas anteriores, pálpitos con respecto a los posibles ganadores.
En el apiñadero, los jinetes esperan al novillo y dan dos vueltas para pasar a la cancha, donde deberán atajar al animal en tres ocasiones, en zonas popularmente llamadas “quinchas”. Uno de los caballos se ubica en forma perpendicular al novillo y el otro le cierra el paso desde atrás. Rienda corta y taconeo de espuelas.
De uno a cuatro es la puntuación que se puede recibir de acuerdo con la parte del cuerpo del novillo donde se produjo la atajada o quinchada. Esto se suma o resta a otros puntos que están en juego en los escasos tres minutos que demora la demostración y que están relacionados con el desenvolvimiento de los jinetes. Trece puntos es lo máximo que puede recibir la collera por cada actuación.
Los capataces de pista son elegidos entre jinetes que han recibido algún galardón en campeonatos anteriores y deben mantener el orden dentro de la medialuna. Ahora el clima de fiesta está dentro nuestro y vamos entendiendo el porqué de tanto apego a esta actividad.
Dicen que en el pasado los caballos eran más chúcaros y que con distintas técnicas de amanse se logró una mayor delicadeza en el acorralamiento de los novillos. Fuertes, dúctiles, nobles, mansos son las características de los caballos que intervienen, mientras que los novillos también tienen su preparación: raciones adecuadas de comida y un peso aproximado al día del rodeo de trescientos ochenta kilos.
La otra fiesta
Existe un campeonato paralelo al rodeo que tiene como protagonistas a los criaderos de caballos criollos. Los ganadores lucen sus premios en los corrales especialmente preparados para que el público los contemple. El restaurante y los quinchos habilitados para ofrecer una amplia oferta gastronómica completan los servicios. También los puestos con venta de artesanías campestres.
En la segunda y tercera jornadas, la cantidad de visitantes se incrementa, al igual que el espíritu de fiesta. Una segunda disciplina con carácter de campeonato nacional tiene lugar a la par de las corridas de novillos: movimientos de la rienda con participación de hombres y mujeres jinetes. El sábado a la noche es el turno del baile popular con música a cargo de conjuntos locales.
Llega el domingo y no cabe un alfiler en las gradas de la medialuna. Las entradas se agotaron hace ya días y es el momento de las finales, la Champion, como le dicen. Están definiendo el campeonato las mejores colleras y todo es entusiasmo. Chupalla a chupalla, a nadie le molestan ni el sol ni el calor. Se acerca la hora de las definiciones.
Final quincha a quincha. Es imposible escuchar al locutor, la tribuna eufórica es un solo grito. Las distintas categorías van nombrando a sus ganadores y hay abrazos de los jinetes entre sí, de los seguidores de cada uno de los participantes y de los criadores que apostaron a promover el rodeo a lo largo y a lo ancho del país. Se entregan los premios con presencia de todos los medios de comunicación.
Hasta el año que viene
Las tribunas se van despoblando muy pero muy de a poco, como deseando que no se termine este día. El campeonato nacional dará que hablar por mucho tiempo. Para nosotros, este es el momento de contemplar cómo todos se van alejando lentamente hacia la calle exterior con el placer de haber disfrutado de tan hermosa reunión.
Aquí está la esencia del certamen: la entrega personal de cada uno de los protagonistas de este deporte nacional chileno durante todo el año, que se concreta en Rancagua cuando el Champion sirve de reencuentro de amigos y fiesta para toda la familia y se coronan los campeones nacionales.
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Para tener en cuentaEl evento generalmente se realiza a fines de marzo. Es necesario solicitar confirmación de la fecha.