Continuando por la misma arteria encontramos el Castillo Wulff, una hermosa construcción que se adentra en el mar. Es una casa de dos pisos que posee la particularidad de estar conectada a un torreón a través de un puente. Fue mandada a construir en 1906 por Gustavo Wulff, un comerciante alemán con una gran fortuna proveniente de la extracción del salitre y el carbón. Su concepción es de estilo Neo-Tudor, de corte alemán-francés, aunque posteriormente, en el año 1920, se le agregó el torreón y un ala de tipo inglés, con lo que se logró que se insertara muy bien entre el mar y la costanera. En su interior se exhiben muestras artísticas de pintura, fotografía y escultura de reconocidos autores nacionales.
Frente a esta construcción se puede acceder al cerro Castillo, para apreciar el reconocido Castillo Brunet. Esta obra del arquitecto francés Alfredo Azancot recuerda el período romántico-gótico de Francia. Sobre sus dinteles se logran apreciar algunas gárgolas. En 1974 pasó a llamarse Palacio de Carabineros, por haber sido adquirido por este cuerpo de seguridad de Chile. Sólo puede ser observado desde su exterior, ya que está destinado a ser residencia de visitantes ilustres o para realizar fiestas sociales especiales.
Al descender del cerro por la calle Álvarez, llegamos a la parroquia Nuestra Sra. de los Dolores y a sus espaldas entramos al parque Vergara, para admirar el palacio homónimo que alberga el Museo de Bellas Artes. Hermoso y extenso, el parque es un paseo romántico y atrayente. En el interior del Palacio Vergara se pueden apreciar obras de reconocidos pintores de la escuela italiana del siglo XVII y veneciana del siglo XVI. Atrás de la emblemática construcción accedimos al anfiteatro al aire libre donde se desarrolla el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar.
Regresando a la plaza Sucre, nos encontramos con la construcción del Club Viña del Mar. Frente a la plaza Vergara se levanta el Teatro Municipal.
Tras descansar unos instantes, cruzamos el puente Libertad y en 3 Norte encontramos el Palacio Carrasco, donde funciona el Centro Cultural, la biblioteca Vicuña Mackenna, la Dirección de Turismo y en sus jardines se exhibe la escultura “La Defensa”, de Auguste Rodin, que conmemora a los héroes de Iquique.
Fue Alfredo Anzancot quien se inspiró en el alto Renacimiento francés para proyectar el palacio. Es un edificio de dos pisos y una mansarda; se caracteriza por poseer dos cuerpos salientes que se adelantan con respecto al cuerpo central. La zona de ingreso se encuentra configurada por un pórtico de tres arcos normandos.
Luego de unos instantes dentro del parque del palacio, salimos con dirección a 4 Norte hasta la calle Quillota y dimos por terminado el recorrido frente al Museo Palacio Rioja.
Al igual que la mayoría de las construcciones importantes, la obra estuvo a cargo del arquitecto Anzancot. Su construcción es de estilo neoclásico francés. En el interior, sus salones exhiben mobiliario barroco, imperio, rococó y chesterfield que fue traído de España y Francia. Este palacio es sede del Museo de Época, que da testimonio de la arquitectura y mobiliario vigentes en Chile a fines del siglo XIX y comienzos del XX.
De esta manera culminamos el paseo por los edificios más emblemáticos de la ciudad, construcciones que sin duda dan muestra de cómo era el estilo de vida propio de los comerciantes ricos de aquellos años de la belle époque chilena.
Ubicación
Características
Duración4 horas.
Dificultadbajo.
Extras
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