El Pacífico baña la isla de Chiloé, donde Ancud recibe la influencia de sus canales e islotes, que se encuentran habitados por aves y fauna marina.
Desde los primeros asentamientos, Ancud sacó provecho de su ubicación privilegiada. Fue puerto y fuerte español; la consolidación del comercio con el resto de Chile la hizo conocida como la mejor vía de comunicación naval entre la isla y el continente. El comercio maderero tuvo su mayor impulso a finales del siglo XIX, lo que atrajo a colonos de Europa.
Si lo que se quiere es conocer la historia de la ciudad, la mejor propuesta es entrar al Museo Regional de Ancud, que exhibe un patrimonio que habla de la identidad del archipiélago de Chiloé.
Entre otros atractivos, se encuentran la península de Lacuy, con el faro Corona, el pintoresco islote Doña Sebastiana y la costa baja de Carelmapu. De fondo, los volcanes Calbuco y Osorno le dan majestuosidad a este escenario.
Ancud, junto a la isla de Chiloé, es un paraíso marino.