Entusiasmados por todo lo lindo que estábamos conociendo, aún faltaba lo mejor: la navegación prometida. Finalmente dimos con la persona adecuada para nuestra salida y nos dirigimos hacia el sur a Puñihuil, una bahía espectacular frente a tres islotes con pingüineras.
Subimos a su bote de madera y partimos hacia ese tesoro natural. Nuestro guía nos hizo ver un fenómeno inusual: el mar crecía de golpe y parecía elevarnos. Al unirse las aguas del océano Pacífico con las de la bahía, ese fenómeno se producía a repetición.
Las especies que habitan los tres islotes de Puñihuil pertenecen a los llamados pingüinos Humboldt y magallánicos. Entre diciembre y marzo llegan desde muy lejos y conviven en armonía mientras desarrollan su subsistencia. Es un área silvestre protegida y se la considera Monumento Natural.
Rodeamos la playa en una bahía pequeña y la distancia con los animales disminuyó hasta casi tocarlos. Fue algo imposible ya que ante nuestra cercanía se tiraban al agua. Obtuvimos fotografías de los distintos grupos y notamos cuán elegantes eran en el agua y, en cambio, qué dificultoso se les hacía caminar sobre el pedregullo.
Subimos nuevamente al bote para dirigirnos a otro sector donde los lobos marinos eran amos y señores. Rodeamos la isla y divisamos cientos de ellos extendidos sobre las rocas como parte de una comunidad muy ruidosa. Emitían fuertes gruñidos con los que parecían comunicarse los unos con los otros. Notamos su curiosidad ante nuestra presencia, algo que no imaginábamos al llegar hasta allí. El barquero apagó el motor y varios de ellos se acercaron como demostrando que los extraños éramos nosotros. Gran cantidad de gaviotas anidaban en las piedras y compartían el sitio.
Hubiéramos deseado quedarnos allí por más tiempo pero la marea insistió para que nos retiráramos. Durante el viaje de regreso nuestro guía nos contó más detalles de la vida de estas colonias marinas protegidas por Fundación Alemana Otway primero y la Corporación Nacional Forestal años después.
Los colores del atardecer y el fuerte viento marítimo sobre nuestras caras nos despidieron de esos tres puntos destacados sobre el horizonte del mar. Estábamos satisfechos con la excursión y el tiempo dedicado a ella.
Ubicación
Características
Duraciónmedio día.
Dificultadbajo.
Tipo de tourcontemplativo
Extras
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Cómo llegarSaliendo de Ancud, por la costanera, hacia Lechagua (hacia el océano Pacífico), a los 14 km se toma el camino a la izquierda, hacia Pumillahue y la playa de Puñihuil. Antes de Pumillahue, se puede tomar por un camino que permite llegar a la playa de Mar Brava (21 km de Ancud).
HorarioEl paseo marítimo se combina con los pescadores artesanales del lugar.
Para tener en cuentaCargar nafta en Ancud.