Lo que cuentan sus dueños
El Pucará de Quitor, distante sólo 3 kilómetros de la ciudad, es uno de los sitios ideales para tomar conciencia de las dimensiones culturales de estas viejas comunidades.
Se construyó sobre el talud de una montaña inclinada que es parte de la hermosa Cordillera de la Sal. A su lado, el río San Pedro corre milenariamente y le aporta a la zona el agua necesaria para convertir al lugar en un verdadero oasis. Hoy, sólo hay que subir y recorrer sus calles y construcciones para observar la vista panorámica que tenían los atacameños de toda la región.
Para su construcción se utilizaron técnicas de contención y apuntalamiento. Además de ambientes domésticos que seguramente fueron habitaciones o departamentos interiores, existen también ambientes compartidos por quienes vivían allí, como plazas y corrales.
El lugar fue ocupado por el imperio incaico y luego abandonado a su suerte, hasta que en 1540 los conquistadores españoles lo atacaron con caballos y armas de fuego, algo nunca visto por los pobladores del pucará.
Atacama por todos lados
Un poco más lejos aparece el centro administrativo incaico de Catarpe, donde es posible divisar un asentamiento atacameño preincaico. Este lugar es visitado por cientos de turistas que se sorprenden al ver la excelencia del estado de estas casi 200 estructuras que permanecen intactas y que fueron levantadas hace siglos sólo con piedra y barro.
Del otro lado de la ciudad se encuentra otro lugar fundamental que es la aldea Tulor. Las excursiones se realizan todos los días y parten desde la ciudad de San Pedro. En esta pueden observarse, y es mejor si se lo hace con un guía, las distintas formas de vida y organización que tenía la cultura atacameña hace siglos. Esta aldea tiene una antigüedad de más de 2.000 años.
A primera vista, el lugar parece una verdadera obra de arte moderno. El adobe es el material principal de las distintas construcciones que sorprenden al visitante. Desde el punto de vista arquitectónico, el funcionamiento de patios, pasillos y pasadizos que se comunican entre sí como si todo fuera un gran laberinto es lo que primero llama la atención.
Ubicación
Extras
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Para tener en cuentaHoy, la cultura atacameña se encarga de mostrar y administrar estos sitios arqueológicos, una forma correcta de que estos pueblos originarios a quienes el hombre blanco ha dejado durante siglos de lado comiencen a integrarse mostrando lo suyo, lo cual sin lugar a dudas tiene mucho por enseñarnos.