Partían desde San Pedro de Atacama en verdaderas procesiones que solían unir a miles de guerreros una sola vez al año. Estas celebraciones coincidían con los festejos del Inti Raymi o Año Nuevo Incaico y se llevaban a cabo durante el solsticio del invierno, que para el hemisferio Sur es entre el 21 y el 24 de junio.
La retirada de la influencia del imperio incaico, que coincidió con la entrada de los españoles, hizo que estos acontecimientos quedaran relegados por completo e incluso olvidados. El pueblo atacameño, sin embargo, tiene un invalorable respeto por sus volcanes y esto se manifiesta entablando cualquier diálogo coloquial con sus habitantes.
Además del volcán Licancabur, que con sus 5.916 metros es uno de los más grandes, también existen otros como el Sairecabur, el Lascar y el Putana, que son tenidos en cuenta a la hora de definir un ascenso.
Invitación a sus cumbres
Hoy, lejos de aquellos tiempos de culto y religión que rodeaban a estos hermosos y fascinantes tesoros geográficos, los volcanes siguen siendo un atractivo especial a la hora de realizar una salida de trekking o de escalada.
Sobre la calle Caracoles varias agencias de viaje muestran todos los días en sus pizarras el volcán elegido que ascenderán al otro día. Y aunque hacer cumbre en estos volcanes lleva de dos a tres días, son cientos los visitantes que quieren disfrutar de esta inolvidable experiencia terrenal.
Se trata de caminatas que demandan largas horas y que nos acercan a distintos refugios, ya sea para hacer noche o bien para hacer un alto y cargar energías y anécdotas para seguir subiendo.
Lo cierto es que estas excursiones son las preferidas no sólo por los más jóvenes sino también por muchos que, aunque con de edad avanzada, son jóvenes de espíritu y se las plantean como verdaderos desafíos.
Hacer cumbre y observar desde allí arriba al mismo dios Sol al que miraban los incas es sin ninguna duda una experiencia única. Ahí arriba todo se ve con otros ojos, incluso la pequeñísima ciudad de San Pedro. Idénticos ojos con que el Licancabur y el Sol han observado desde hace milenios el paso de los atacameños, los incas, los españoles y hoy de los turistas llegados de todas partes del mundo.
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Para tener en cuentaAdemás del Licancabur, que es el volcán que más llama la atención del visitante, sobresalen otros como el Aguas Calientes, el Socompa, el Láscar, el Mornar, el Macón y el Sairecabur, cuyas alturas superan holgadamente los 5 mil metros de altura. Para ascender estos volcanes es necesario contratar los servicios de agencias con guías que no sólo ayudan a conducir al grupo hasta la cumbre sino que se ocupan también de todos los problemas, incluidos los de salud, que puedan llegar a surgir durante el desarrollo de la excursión.