En un extremo de la costanera está el lugar desde donde parte el trasbordador que conecta esta localidad con las islas Melinka y Chiloé. También desde allí parten embarcaciones que ofrecen excursiones de pesca y paseos por el área marítima.
La costanera corre paralela al canal y está resguardada por una hilera de coigües y arrayanes que fijan las dunas. El canal es el lugar ideal para la práctica de remo tanto en kayak como en canoa y tiene enfrente la isla Lamota.
Ver la desembocadura del río Palena hacia el Pacífico fue algo asombroso. En nuestro recorrido por parte de la cuenca del Palena-Queulat, muchas veces nos habíamos cruzado con este importante curso de agua y ahora lo veíamos diluirse mansamente entregando su caudal a las aguas del Pacífico.
De regreso al canal, visitamos el muelle de pescadores con sus coloridas embarcaciones que salen en busca de salmones y mariscos. No habían salido a trabajar por las malas condiciones del clima y pudimos verlas a todas allí estacionadas.
Hacia el otro extremo de la costanera se llega a la pista de aviación con que cuenta Raúl Marín Balmaceda y, pegado a ella, el lodge Fundo Los Leones, conjunto de cabañas con playa aledaña.
De regreso a la parte céntrica, vimos los comercios de almacén, supermercados y tiendas. También varios hospedajes y cabañas que ofrecen alojamiento y comida a los visitantes junto con la calidez de sus propietarios.
La llegada de mayor cantidad de visitantes cada año ha incrementado la oferta turística, según lo dicho por nuestros anfitriones.
La industria salmonera es la principal actividad comercial de la localidad, muchos de sus habitantes trabajan en una empresa internacional que se ha afincado en la zona.
Conociendo la “joyita” de Raúl Marín Balmaceda
Llegó el momento de subirnos al vehículo 4 x 4 de Heriberto Klein y andar sin problemas por caminos arenosos hasta el mar. Fue asombroso llegar a las enormes playas que allí se forman, el amplio horizonte, las olas llegando una a una a la arena y ese aroma característico. Vegetación baja, achaparrada, de retamas que en una época del año visten de amarillo las inmediaciones. Las retamas fueron plantadas para fijar las dunas.
Otra sorpresa fue ver infinidad de plantas de frutilla silvestres en la arena de las playas. Dicen que cuando están maduras, a partir de diciembre, van todos a cosecharlas. Se hacen exquisitos küchen con ellas.
Con la ayuda de Heriberto, fuimos reconociendo la zona. Divisamos el fiordo Pitipalena y por detrás de la playa, un bosque de arrayanes espectacular. Al llegar al faro, sentimos la ausencia de todo: estábamos absolutamente solos. Nuestra compañía circunstancial era sólo el viento.
Solitario mundo animal
Nuestro guía nos indicó dónde está la isla Las Hermanas, en la que hay una colonia de lobos de mar que puede visitarse cuando las condiciones de navegabilidad lo permiten. Otra isla alberga pingüinos de Humboldt o “patrancas”.
Estábamos en la Barra, donde asombrosas playas invitan a largas caminatas, a andar a caballo y, por supuesto, a pescar. El lugar es paradisíaco y de mucho calor en verano.
El recorrido llegó a su fin, pero nos quedamos con la impresión de haber visto sólo una pequeña parte de todo lo que ofrece Raúl Marín Balmaceda. Se necesita más tiempo para descubrir el resto.
Contacto
Ubicación
Extras
Imprimir este paseoDatos Útiles
Para tener en cuentaSalidas de excursión y pesca a cargo de guías expertos.
Hace falta licencia de pesca.
Contacto