Chillán guarda en su interior una historia de fundaciones y refundaciones realmente increíble.
En 1579 se fundó el primer fuerte en la región, para defender a los españoles de los ataques indígenas. Era el tiempo en que la conquista española se hallaba en expansión. Un año más tarde, el 26 de junio de 1580, el gobernador don Martín Ruiz de Gamboa fundó la ciudad con el nombre de Chillán y desde ese entonces la ciudad fue destruida y reconstruida varias veces.
En 1751, don Domingo Ortiz de Rozas ordenó su traslado al Arco de la Horca, lugar donde hoy se ubica la comuna de Chillán Viejo y que por ser un sitio de mayor altura no se inundaría con las crecientes de los ríos que bordean la ciudad. Pero el terremoto de 1835 lo destrozó todo y el entonces Presidente de la Nación, don Joaquín Prieto, decretó trasladar la construcción de la nueva ciudad a donde se halla actualmente. Sin embargo, muchos habitantes decidieron quedarse y, por este motivo, la ciudad nueva y la vieja (que, años más tarde, pasó a denominarse popularmente como “Chillán Viejo”) comenzaron a crecer compartiendo sus límites, ahora políticos.
Pero fue el terremoto de 1939 el que más daño hizo a la región; la ciudad quedó prácticamente destruida en su totalidad. Quizá por ello, y también por las consecuencias que dejó el terremoto de 1960, la mayoría de las instituciones y edificios públicos hoy son modernas construcciones y predominan en ellas las técnicas antisísmicas.