Paseos y excursiones:
Por las aguas del Bertrand y el Baker
Mónica Pons Karina JozamiLas aguas cristalinas provenientes de los campos de hielo son el principal atractivo de la región y proporcionan tranquilidad y silencio a quienes acuden en busca de esparcimiento.

A orillas del lago Bertrand creció una población encantadora, calma, distribuida por las laderas de la montaña cubierta de bosques de lengas: Puerto Bertrand. Tiene pocos habitantes en invierno pero el número crece cuando llega el buen tiempo y los pescadores se acercan a sus espejos de agua.
En nuestro caso, viajamos a Puerto Bertrand desde el lago General Carrera por la Carretera Austral, para lo cual bordeamos el lago Negro y luego una ramificación del lago Bertrand hasta llegar a nuestro destino.
Era otoño, el sol brillaba pero no calentaba demasiado y nuestra intención era investigar los motivos por los cuales los pescadores eligen este rincón sureño para su deporte favorito.

El encuentro con esta aldea encantadora fue el primer hallazgo. Recostada sobre la costa norte del lago, enfrenta el cordón Contreras, cuyo reflejo en el agua parecía duplicar sus cumbres nevadas. De esa manera la belleza del conjunto se agigantaba ante nuestra vista.
Tomamos una callecita de ese caserío apacible hasta alcanzar el lodge de pesca Río Baker. Nos presentamos y, a su vez, conocimos a quienes nos acompañarían en la excursión lacustre para conocer la naciente del río Baker.
Una vez en la lancha, surcamos las aguas de color azulado del lago y nos adentramos en los paisajes incomparables de esta región chilena. Esa cuenca recibe los afluentes de los lagos General Carrera y Plomo y los deshielos de los ventisqueros.

Acompasados junto el runrún del motor de la embarcación, nos acercábamos al río más caudaloso de Chile: el Baker. En ese sector se aúnan la práctica de la vida al aire libre en todas sus formas y la pesca deportiva con mosca. El río supera los 300 kilómetros de extensión y en su recorrido se practican entretenidos rafting en los tramos anteriores a desembocar en Caleta Tortel.
La gran cantidad de complejos de cabañas y lodges por los que pasamos nos hizo entender por qué llegan pescadores desde muy lejos. Se sienten aquí en el paraíso de los salmones y, en especial, de la trucha arco iris; su captura es un desafío para cada uno de ellos.
Regresamos al muelle del cual habíamos partido, nos despedimos de nuestros anfitriones y seguimos viaje hacia Cochrane. Parte del río nos acompañó al costado de la ruta y, traspuesta la Cuesta del Diablo, hicimos una parada en un mirador que nos permitió ver la unión del Baker con el río Nef. Unos tres kilómetros más adelante lo vimos confluir con el río Chacabuco, desde donde existe un camino que lleva a la frontera argentina por el paso Roballos. Nos despedimos del Baker con esas vistas panorámicas que quedaron dentro de nosotros para siempre. La respuesta a nuestros interrogantes llegaron en ese momento: volveríamos con nuestro equipo de pesca para quedarnos.


© 2007-2025 Prohibida su reproducción total o parcial. Derechos de Autor 675243 Ley 11723