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Símbolo de la cristiandad
Marcelo Sola Marcelo SolaVisitamos el monumento de la Cruz del Tercer Milenio, un verdadero ícono de la fe cristiana en Chile. Desde la altura de sus brazos contemplamos una bella vista de la ciudad.

Ya de lejos denota su omnipresencia, se lo puede visualizar desde todos lados, inclusive desde las costas de comunas vecinas. Se trata del monumento erigido en el cerro El Vigía de Coquimbo, que representa la famosa Cruz del Tercer Milenio.
La monumental obra movilizó a todo el pueblo, en su mayoría católico. Es la más alta y espectacular obra levantada en Sudamérica en homenaje a los 2000 años del nacimiento de Jesucristo. Está construida a los 157 m.s.n.m.

Su base está formada por tres pilares inclinados que arman un gran trípode. Sobre este se eleva la inmensa cruz compuesta por tres columnas que representan a la Santa Trinidad. Su altura máxima es de 83 metros y posee 40 metros de ancho. Por su escalinata de 2.000 peldaños se accede a la base y al área de culto, conformada por una capilla, un museo y una muestra fotográfica en la que pueden verse los distintos momentos de la construcción de la cruz hasta su inauguración, el 5 de mayo del año 2000. También se pueden apreciar los obsequios que realizó el papa Juan Pablo II para semejante obra que inmortaliza la fe cristiana.
Desde allí, por ascensor o escalera se logra acceder al primer mirador ubicado a 20 metros de altura. También se accede a la plaza de la oración ecuménica, que se encuentra adornada con vitrales.

El último tramo hasta los miradores ubicados dentro de los brazos horizontales de la cruz, se hace por medio de ascensores o escaleras que se encuentran dentro de los pilares. Desde los grandes ventanales ubicados en la cruz se tiene una espectacular vista panorámica de 360 ° de todo Coquimbo, su bahía y el océano Pacífico.
La iniciativa la llevó adelante frente al Vaticano la ilustre municipalidad de Coquimbo y con gran aprobación por parte del santo padre se dio inicio a la obra que recuerda el año del Jubileo (2000).
Al transitar por su interior, existe un clima solemne y sólo se escuchan unos suaves murmullos.
En los brazos de la cruz se abren dos salas: una contiene los bustos de quienes fueran los arzobispos chilenos durante el siglo pasado, mientras que la otra posee los bustos de los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Al permanecer inmóviles frente a las ventanas de cara al Pacífico, vino a nuestra memoria aquella frase de Cristo que reza: “La fe puede mover montañas”. También puede transformarlas. En su visita a Coquimbo, sus sentidos serán cautivados por la Cruz del Tercer Milenio.


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