Siguiendo por el sendero, apareció la Casa del Herrero, a la que se puede ingresar para apreciar de cerca aquellas maquinarias y herramientas de gran valor para la vida y trabajos agrícolas de esos tiempos. Se concentran allí la zona de taller y las distintas dependencias donde vivía el herrero junto a su familia. Fragua, yunque, bigornia, cinceles y zunchos son solo algunos de los elementos que han quedado como recuerdo del duro trabajo que se hacía allí.
El galpón agrícola circular al que llamaban El Campanario servía para acopiar los haces de trigo. Como era común que lloviera copiosamente la mayor parte el año, la trilla se realizaba bajo techo. Allí también se observan máquinas agrícolas y domésticas de la época.
En la parte más alta se ubica la Casa patronal, que fuera construida en el año 1889 y muestra cómo eran las mansiones de los agricultores germanos gracias al auge económico conseguido. La conforman una sucesión de grandes salones, sala de música, jardín de invierno e innumerables dormitorios y baños. La cocina de grandes proporciones aparece como un espacio muy especial dentro de la vida hogareña y en ella se han reunido utensilios y objetos originales. También el mobiliario es de origen europeo y es el que portaron desde sus lugares de origen
Todo el conjunto del museo es un homenaje a aquellos inmigrantes alemanes que llegaron a la región a mediados del siglo XIX y con gran tesón y esfuerzo lograron armar un pueblo progresista a partir de sus terrenos húmedos. En su ocasión, la Universidad Austral de Chile diseñó el conjunto de edificios y con la ayuda del gobierno alemán y la municipalidad local recrearon un asentamiento de campo con características similares a las iniciales.
Solo recorriendo el museo se tiene dimensión de lo que fueron los comienzos de Frutillar, tan distintos a la actual forma de vida y a la tecnología con hoy que se cuenta.
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Cómo llegarUbicado en el centro de Frutillar, sobre la calle Pérez Rosales.
HorarioDe mañana y de tarde, con distintos horarios de acuerdo a la época del año.
Para tener en cuentaEs ideal recorrerlo en familia y que los más chicos vean objetos y utensilios que se usaban en la época de la inmigración y lo difícil que era la vida cotidiana.