Frutillar, junto al inmenso lago Llanquihue y el enigmático volcán Osorno, es el mejor escenario posible para las emblemáticas Semanales Musicales, muy reconocidas por los amantes de la buena música.
Trasponer las puertas del Museo Colonial Alemán permite homenajear la forma de vida de esos inmigrantes que hicieron la historia grande de Frutillar.
En Frutillar, si se habla de repostería alemana, se menciona el kuchen, tradicional tarta elaborada con las secretas recetas de las abuelas que han perdurado a través de los años.
Los amantes de los deportes náuticos tienen en el Club de Yates un espacio donde practicar navegación a vela, participar de regatas y compartir largas charlas.
Frutillar y su Fiesta de la Cerveza
Durante el verano, en Frutillar un nuevo atractivo se suma a la magia de su naturaleza y a los reconocidos valores culturales y es la entretenida Fiesta de la Cerveza.
El perfil del volcán Osorno es visible desde varios puntos de la Región de los Lagos; además de admirar su figura, es agradable conocer sus atractivos de cerca.
Como bosque urbano, lo más significativo es que se halla en estado natural y que demuestra cómo era la zona cuando llegaron los primeros inmigrantes alemanes.
Petrohue: un río con escalones
En medio de un follaje muy verde, las caídas de agua se suceden las unas a las otras e integran el paisaje espectacular de la X Región chilena.
Frutillar es punto de partida de un circuito terrestre que abraza al lago Llanquihue y permite conocer distintas geografías a lo largo de una jornada.
El rodeo es un deporte ecuestre que muestra la destreza del hombre chileno y tiene un público cautivo que conoce sus presentaciones y las disfruta en familia.
Tranquilas calles con aire europeo
Vale la pena recorrer Frutillar con tranquilidad, quizás a pie, ya que su ubicación a la vera del lago, con el telón de fondo de los volcanes, es en sí misma un paseo.
Travesía lacustre en los Andes
Chile y Argentina comparten una frontera rica en ambientes selváticos de gran belleza e itinerarios intrincados utilizados por los colonos para el truque de mercadería. Hoy, todo es sencillo y placentero.
Desde el muelle de la Cofradía Náutica parte el barco Colono, con su antigua estampa que recuerda la época colonial, hacia una navegación de placer por el lago Llanquihue.