Consultamos acerca de las actividades y nos enteramos de que la escuela de vela cuenta con monitores capacitados para la enseñanza y con veleros optimist clase olímpica. Estos son elegidos para instruir a los niños de edad mediana por su ductilidad, seguridad y necesidad de maniobras similares a un yate mayor.
Los miembros de la cofradía, conocedores de los vientos y los ritmos de navegación de acuerdo a la frecuencia de olas, tienen en el club su espacio para tomar una copa y deleitarse con largas charlas. Además, fijan normas de respeto mutuo y protección a la naturaleza.
Recorrimos el muelle y su coqueto restaurante y bar con una edificación enteramente realizada con durmientes de madera de inicios del siglo XX y en un ambiente netamente marinero, que puede ser visitado durante todo el año y por todo público. Una gran chimenea nos hizo imaginar el fuego encendido en invierno y una reunión de amigos a su alrededor.
Salimos a navegar en la embarcación Colono acompañados por las gaviotas que surcan el aire y que llegan desde el mar por cercanía con Puerto Montt. Esta excursión nos permitió admirar el Club de Yates desde el agua y sentir la brisa y el sol de una hermosa tarde de primavera.
De regreso, nos esperaba el amplio menú del restaurante La Cofradía con sus exquisitos tapeos, con amplia gama de platos de fondo y carta de bebidas. A continuación del salón comedor y hacia la zona del muelle, un espacio confortable y con amplios ventanales permite tomar una copa en el Barlovento Bar en época estival.
Es sabido que Frutillar ofrece paz y cultura a quienes la eligen para vivir o llegan a conocerla, y que esta actividad de la navegación a vela es un motivo más para hacer una visita a la ciudad.
Ubicación
Extras
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Cómo llegarClub de Yates y Cofradía Náutica de Frutillar
Camino a Punta larga kilómetro 0,4
Tel: 56 65 (09) 85960589