Ubicado en el norte de la región de Aysén, el pueblo de
La Junta posee una gran gama de recursos naturales y humanos que le permiten un constante crecimiento comercial y turístico. Su desarrollo actual se debe a la inauguración del segmento central de la Carretera Austral en 1983.
Dicha ruta une La Junta con la ciudad de
Puerto Montt hacia el Norte (356 kilómetros) y con la de
Coyhaique hacia el Sur (266 kilómetros). Es la más activa de la cuenca por sus características de buenos campos y por haber diversificado sus actividades a partir de la ganadería. Su estrategia comercial es abastecer de todo tipo de mercadería al resto de la región.
Forma parte de la cuenca del Palena-Queulat, un territorio aún inexplorado que reúne bosques muy verdes y cuencas de aguas muy puras.
La Junta está ubicada en la unión de dos valles y de los ríos Rosselot y Palena. Su excelente clima permite realizar múltiples actividades disfrutando de su naturaleza siempre verde en un marco de tranquilidad incomparable.
Encantadores ríos y lagos donde la pesca deportiva tiene su epicentro en cualquier época y con la técnica que se elija:
trolling, con mosca o
spinning. El senderismo, las cabalgatas y el agroturismo son ofrecidos desde La Junta hacia los cuatro puntos cardinales.
La oferta de servicios turísticos se amplía día a día. Cuenta con una amplia gama de alojamientos, establecimientos gastronómicos y prestadores anexos. La atención personalizada y la buena disposición hacia el visitante son características propias de esta población.
La localidad cuenta con servicio telefónico, Internet, señal de celular y radios FM. También, con una estación de expendio de bencina ubicada sobre la Carretera Austral. El aeródromo local permite la llegada de aeronaves bimotores.
El calendario anual cuenta con dos fiestas tradicionales: la costumbrista a fines de enero y la del aniversario del pueblo en la segunda semana de febrero.
La Junta se destaca por ser un lugar ideal para el descanso. Casi no tiene vida nocturna, salvo en ocasión de las festividades antes mencionadas. Se lo conoce como “El Pueblo del Encuentro” en referencia a su ubicación geográfica, pero también porque vale la pena encontrarse con su gente, con su historia y con todo lo inexplorado que tiene para ofrecer.