Con un cielo de fondo azul y una temperatura muy agradable, empezamos a remar tranquilos, siguiendo las indicaciones de nuestro guía. Los paisajes que se iban sucediendo mientras flotábamos eran realmente conmovedores.
El Fuy es un río de montaña cuyos rápidos son clase III-IV, es decir, requieren un nivel técnico importante para sortearlos, por lo que hay que estar atentos a todo lo que el guía ordene, si bien la navegación no posee riesgos para los aventureros.
Mientras avanzábamos por el curso del río, las distintas formaciones rocosas iban llamando la atención de cada uno nosotros. El descenso sería aproximadamente de una hora y treinta minutos hasta llegar al lago Panguipulli.
Todo esto parecía sencillo, pero con solo tomar el primer rápido, la adrenalina se apoderó de cada uno de los presentes y el viaje tomó color. Nuestras palas no paraban un segundo de remar y la balsa se apoyaba, a toda velocidad, sobre el río que nos movía de un lado al otro.
Todo era algarabía y emoción, y cada vez que se sorteaba un salto, el grupo gritaba de placer por el hecho de haber logrado conquistar y domar una parte del río, que ya quedaba atrás. Pero nuestra vista estaba puesta en el próximo salto.
Los ánimos sólo se aquietaban cuando luego de un gran salto venía un remanso, que nos dejaba derivar por la magia del río observando al paso los valles con bosques nativos y aguas turquesas. Confirmamos sin dudas que se trata de uno de los ríos más bellos de todo Chile para practicar la actividad.
La elevada temperatura que se da entre los meses de diciembre y mayo hizo que la mayoría de los presentes apenas divisó el lago Panguipulli, llegando al final de los rápidos, saltara al agua y nadara para volver nuevamente a la balsa.
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Panguipulli
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Tipo de tourRafting
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Para tener en cuentaEl programa incluye transporte, guías bilingües (inglés y español),