Ubicada en la región de Araucanía, 670 kilómetros al sur de la capital Santiago, Temuco es una ciudad pujante. Fundada el 24 de febrero de 1881, debe su origen no solo a la belleza del río Cautín y de los cerros que la rodean, sino también a la necesidad de construir un fuerte, que adoptó entonces el nombre de Manuel Recabarren -Ministro del Interior chileno- o Temuco (“agua de temu” en idioma mapuche).
Fueron unos dos mil expedicionarios los que, luego de construir fuertes y caminos en el sur, siguieron los senderos linderos al río Cautín y fundaron esta ciudad. Eran tiempos en los que el joven estado chileno negociaba y disputaba tierras y soberanía con diferentes facciones del pueblo mapuche, divididos entre los que aceptaban o rechazaban las condiciones planteadas por el gobierno de Santiago.
Atrás quedarían los casi trescientos años en los que las luchas entre ambos bandos impidieron que primero los españoles y luego los chilenos pudieron ocupar las tierras del sur. Su origen militar, sin embargo, no impidió que rápidamente los colonos comenzaran a transformarla en un poblado hacendoso que se convirtió en la capital de la región.
Así, antes de llegar al siglo XX, la ciudad ya contaba con más de 10 mil habitantes, su municipalidad y, por supuesto, el transporte ferroviario, que potenció notablemente el crecimiento de Temuco.
Las sucesivas migraciones europeas, en particular de Francia y Alemania, que se sumaron a la mayoría de origen mapuche, hicieron que su población, además de aumentar incesantemente, cobrara características multiétnicas.
Actualmente, los habitantes de Temuco superan los 275 mil y es una ciudad que funciona como sede para algunas de las industrias de muebles más reconocidas del mundo. Posee, además, el centro comercial más grande del sur chileno.