Mientras dejábamos atrás la ciudad, pasamos por un astillero sobre el río Calle Calle, por la Universidad Austral de Chile y nos dirigimos hacia el Santuario de la Naturaleza del río Cruces, un humedal con vegetación nativa acuática que alberga gran cantidad de aves, entre ellos las taguas, garzas y el cisne negro. Aparecieron los ríos Cau Cau, Cruces, Guacamayo, Angachilla, Naguilán, y apreciamos sus características y la activa vida de sus costas.
Mientras avanzábamos, nos fuimos internando en la selva valdiviana, siempre verde y húmeda y de gran exuberancia. Otras barcas de pescadores, lanchas y veleros compartían la navegación, agregando colorido al ambiente. Historias, leyendas y anécdotas surgían durante la charla de nuestro guía y amenizaron el itinerario.
Luego, el rumbo de navegación cambió hacia la zona costera de Niebla, el puerto de Corral y la isla de Mancera. Quedó atrás la isla Teja y debimos cruzar el puente Cruces que conecta la ciudad de Valdivia con los sectores costeros de Niebla, Los Molinos y Curiñanco. De forma piramidal, permite que puedan transitar por el río embarcaciones de gran porte.
Por el río Valdivia, disfrutamos del deslizar suave del barco y advertimos algunos recuerdos que dejó el tsunami del año 1960, que abatió toda la costa y los barcos que allí se encontraban. Varios de ellos quedaron hundidos en este sector, como el vapor Canelos, de carga, que quedó escorado para siempre.
Un puerto con mucho para contar
El Reina Sofía atracó en el puerto de Corral, donde desembarcamos para conocer el fuerte San Sebastián de la Cruz, una de las diecisiete fortalezas españolas establecidas en el siglo XVII. Visitamos luego el fuerte San Pedro de Alcántara en la isla de Mancera, donde nos llamó la atención lo que nos contaron de la iglesia de San Antonio, que data de 1748.
Todas las fortificaciones fueron diseñadas en puntos estratégicos para defender la poza del puerto de los ataques enemigos, aunque con sus particularidades de acuerdo con sus funciones específicas. Cañones antiguos, garitas de guardia, muros extensos que nos permitieron ver el horizonte marino que parecía no tener fin y nos dejaron una semblanza de la vida de los fuertes costeros.
En el camino inverso hacia el muelle del Mercado Fluvial, tomamos contacto nuevamente con la civilización. Atrás había quedado el recorrido por los siete ríos navegables más importantes de Valdivia y el encuentro con un capítulo representativo de la historia de Chile.
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Valdivia
Ubicación
Características
Duracióntoda la jornada (aproximadamente, demanda unas siete horas todo el circuito)
turismo contemplativo
Extras
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Cómo llegardesde el centro de la ciudad –plaza principal– bajar dos cuadras con dirección al río, hasta dar con la Av. Costanera.
Horarioel embarque al catamarán se realiza a las 13, desde el muelle Schuster.
llevar protector solar y abrigo para cuando el sol se esconde, ya que la temperatura desciende considerablemente. Es una excursión recomendada para toda la familia, sin límites de edad.