Paseos y excursiones:
Noche valdiviana
Mónica Pons Jorge GonzálezEn una velada especial, el río Calle Calle luce espléndido, con luces, bengalas, mucha música y todos, locales y turistas, acompañan la fiesta vestidos para la ocasión.

Valdivia cumple años el 9 de febrero. Días después comienza la Semana Valdiviana y la ciudad no escatima en esfuerzos para lucir espléndida, con aire festivo, con espectáculos magníficos que congregan a todo el mundo. El cierre es durante la Noche Valdiviana, en la cual las actividades se multiplican y nadie se va a dormir.
Participamos de una de sus ediciones y comprobamos lo que siempre habíamos escuchado: las calles se llenan de personas que caminan de un lado al otro, con lentitud, como disfrutando de cada uno de los momentos. En la costanera, entre el muelle Schuster y la Feria Fluvial, se montan recitales y puestos de artesanías regionales.

Por el Calle Calle se observan pasar las embarcaciones de distintas categorías que forman parte del corso. Todas ellas desfilan con escenografías compuestas por la gente de la localidad y compiten entre sí por los premios que se han estipulado. Un gran despliegue de imaginación, color y acción avanza por el río y crea imágenes duplicadas en el espejo del agua, para deleite de quienes observan su paso.
Quienes conocen el origen de estas celebraciones saben que no es justamente algo alegre. Cuentan que durante el siglo XVI los pobladores estaban descontentos con la administración del gobernador García de Mendoza. Muchos vecinos se vieron despojados de sus tierras y, en señal de protesta, lanzaron sus botes al río con fardos de paja encendidos. Hoy llamaríamos “manifestación” a esa expresión popular. Como resultado, el gobernador fue destituido y el desfile de embarcaciones pasó a ser una costumbre. En los últimos años la conmemoración alcanzó un glamour insospechado y se convirtió en el evento más esperado en la región, y la costanera, como espacio amplio y de natural belleza, luce su mejor gala.

En cada ocasión, nuevos artilugios se ponen en juego para que la renovación sea parte del brillo de las atracciones. Cuando los fuegos artificiales se encienden en el cielo oscuro, todos saben que esa reunión nocturna inolvidable recién se repetirá el año siguiente.
La Noche Valdiviana es la culminación de un período con infinidad de acciones culturales, artísticas y costumbristas y es, de alguna forma, el fin de la temporada estival en una ciudad que tiene todo para pasarla bien.

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