Paseos y excursiones:
Por el cruce de Mamuil Malal hacia Argentina
Mónica Pons Jorge GonzálezEl bosque andino patagónico muestra su mejor traje en esa zona limítrofe en que la altura y el régimen de lluvias alimentan la gran cantidad de especies arbóreas.
El recorrido por el camino internacional hacia Mamuil Malal puede iniciarse tanto en la ciudad de Villarrica como desde Pucón. Es en sí mismo un excelente paseo para disfrutar de la naturaleza cambiante y casi virgen de los bosques que lo acompañan.
Al salir de Pucón, dejamos atrás las bifurcaciones que hacia la izquierda llevan a los centros termales y zonas de playa sobre el lago Caburgua. Comienza un pintoresco camino de vegetación natural y algo agreste que en algunos tramos bordea el río Trancura.
Si algo caracteriza ese sector, es la gran cantidad de centros termales que ofrecen sus piscinas al aire libre o techadas y baños de tina en un entorno de naturaleza casi virgen. Esto se debe a las vertientes de aguas de muy buenas propiedades y temperaturas que son aprovechadas para relajación y descanso. En las termas de San Luis, Menetúe o Huife, para dar un ejemplo, es posible alojarse, tomar baños y realizar trekking y excursiones por el bosque.
Continuamos nuestro camino hacia Catripulli, próximo poblado sobre la ruta. Salpicadas sobre verdes pastizales, algunas casas de madera mostraban una forma de vida campesina algo desconocida para nosotros. Llegando a Curarrehue, cargamos combustible y almorzamos en un acogedor restaurante que ofrecía comida casera. Al recorrer sus calles notamos que tenía bastante movimiento e incluso oficina de informes turísticos.
A partir de Puesco, el camino trepa hasta el límite internacional pero poco antes de llegar a ese punto encontramos la laguna Quillalhue. Hicimos otra parada cuando divisamos desde un mirador una cascada que llamó nuestra atención y sacamos fotos como recuerdo de nuestro paso por ese hermoso paraje.
En seguida, el puesto fronterizo chileno requirió nuestra documentación y una vez cumplimentado ese trámite, los hitos de ambos países nos indicaron que dejábamos Chile para pisar suelo argentino. Sólo una línea imaginaria separa ambas naciones, y un trámite tan sencillo como rápido, si uno cuenta con sus papeles. Realizamos entonces los mismos trámites del lado argentino.
En ese momento, el volcán Lanín copó el escenario natural y bajamos del auto para recorrer su base a pie. Sacamos algunas fotos e hicimos un ascenso hasta su cumbre; con los ojos, por supuesto.
Un bosque de milenarias araucarias nos recibió dentro del parque nacional Lanín. El siguiente tramo fue por una zona sumamente árida y agreste, de una belleza distinta a la que habíamos atravesado con anterioridad.
A partir de allí, teníamos posibilidades de visitar y recorrer las ciudades de Junín de los Andes y San Martín de los Andes, ambas de gran atracción turística todo el año.
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