Llegamos al lodge de pesca y en seguida nos sentimos como en casa. En una de sus confortables cabañas, ubicamos nuestro equipaje y ya estábamos listos para alguna salida de las muchas que se pueden realizar desde aquí.
Las cabañas siguen la línea externa de las casas de la zona, de tejuela de alerce, una madera muy noble de la zona. Por dentro, el confort de los mejores hoteles y la calidez de sentirse como en casa.
A la mar...
Abrigados, encarando el viento de la jornada, iniciamos la ansiada excursión por el mar en una de las tantas embarcaciones que se ofrecen para navegar por sus aguas.
Dejamos atrás el muelle de pescadores, pasamos por la rampa del transbordador y nos internamos en los distintos rincones por donde la lancha se sentía a gusto.
Disfrutamos de la fantástica sensación de sentir el viento en la cara, el cabello al aire y una a una fueron apareciendo frente a nuestra vista las pequeñas islas y canales.
Llegamos hasta la isla del faro habitada por pelícanos. Al acercarnos, cientos de ellos remontaron vuelo nublando el cielo con sus amplias alas y mostrando cierta timidez ante nuestra presencia. No fue posible acercarnos a la lobería ya que el oleaje se mostraba adverso a nuestras intenciones de conocer esos enormes mamíferos de cerca.
Avanzamos sobre una zonas de grandes rocas, donde Hugo, nuestro experto conductor, fue eligiendo el lugar para pasar sin que la quilla tocara el fondo. Las aguas fueron cambiando su aspecto de acuerdo a la luz y al viento que en varios momentos levantó algunas olas.
Allí donde el mar nos lleve
A pesar de no ser el día ideal para la navegación, pudimos acceder a rincones maravillosos como la isla de Los Leones y el fiordo Pitipalena. En cada sitio nos dejamos llevar por la sugerencias de Hugo, conocedor desde muy chico del ambiente marino.
Ya de regreso en nuestra cabaña, mientras disfrutábamos de un baño al aire libre en una tina de agua caliente ofrecida por nuestros anfitriones, supimos de otros paseos que se pueden realizar embarcados que quedarán para una próxima visita a este hermoso paraje.
La hora de la cena dio lugar a una charla amena en la que los dueños de casa nos contaron de otros rincones de este pueblo patagónico de calidad y calidez inigualables. Varias anécdotas de salidas de pesca con guías expertos dieron lugar a que conociéramos un poco más de lo que allí se ofrece al visitante.
Mientras, escuchábamos el rumor de las olas rompiendo suavemente sobre la playa. Así es este pueblo con mar: salvaje y agreste en algunos momentos. Encantador y generoso, siempre.
Contacto
Ubicación
Características
DificultadBaja
Extras
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Para tener en cuentaMedidas de seguridad acordes al tipo de salida.
Imprescindible contratar un guía experto.