La pequeña
Calama es la capital mundial del cobre, el cual, sin duda, sigue siendo hoy el "pan de Chile", como lo bautizó sabiamente el entonces presidente Salvador Allende. Esta pintoresca ciudad, bautizada por muchos "ciudad dormitorio", ha acompañado de manera perfecta el crecimiento de la industria minera en el último cuarto del siglo XX.
Poblaciones mineras como
Chuquicamata sirvieron de excusa perfecta para que la ciudad contara con una población cercana a los 150 mil habitantes, que encuentran en ella todo tipo de servicios y comercios para satisfacer sus necesidades básicas. Ubicada a 213 kilómetros al noreste de
Antofagasta y a casi 100 kilómetros de
San Pedro de Atacama, Calama es, por su ubicación geográfica, el centro perfecto entre el desierto precordillerano y el océano Pacífico, último eslabón de la industria del cobre.
Un
tour por la ciudad permite conocer sus tranquilas calles y sus sobrias edificaciones históricas, además de su pequeña plaza principal, llamada "23 de Marzo", que alberga la iglesia catedral San Juan Bautista, remodelada años atrás. El paseo peatonal Ramírez, con su Monumento al Minero, es uno de los más transitados durante el día, tanto por los turistas como por los locales, ya que allí se concentra la vida comercial de la ciudad. Al sur se encuentra el parque El Loa, llamado así en honor al río homónimo, el más largo de todo Chile, que le aporta a Calama el agua necesaria para que el desierto se convierta en un verdadero oasis.
Pero, sin ninguna duda, el atractivo turístico más importante de la ciudad, que convoca a visitantes de todo el mundo, es su historia minera. A escasos kilómetros de Calama se encuentra la mina a tajo o cielo abierto más grande del mundo: Chuquicamata. El recorrido comienza en el pequeño pueblo de Cuchicamata (pronto, mudado definitivamente a Calama) donde un museo histórico nos lleva en un viaje en el tiempo a la época de los primeros mineros. La excursión continúa en la mina, para observar a simple vista sus enormes dimensiones y el trabajo diario de miles de personas. Algo realmente maravilloso que logra, por su inmenso tamaño, hacernos entender los números millonarios y, sobre todo, el sacrificio que miles de hombres hicieron para convertir esta pujante industria en la más grande de Chile.