Así comienza todos los días este recorrido histórico, que desde el año 1998 permite al visitante conocer cómo transcurrían los días hace 150 años, cuando Lota se encontraba en sus años dorados.
La antigua casa, que se ubica en Lota Alto, fue construida en 1864 y fue utilizada por la familia Cousiño como vivienda personal. En el año 1970 el gobierno nacional decide convertirla en museo.
Desde allí, Matías Cousiño, ideólogo y creador de la explotación del carbón en Chile, se encargó de administrar y controlar el desarrollo de esta industria que creció exitosamente dando trabajo a miles de familias.
Hoy, el museo es apenas un destello de luz que deja ver en cada una de sus habitaciones cómo era la vida de esta particular familia, puertas adentro.
Las fotografías típicas familiares y los autorretratos pueden apreciarse en su interior. Hermosos y trabajados muebles de época, entre los que pueden apreciarse grandes mesas, sillones, un piano, cuadros, espejos e incluso algunas colecciones de platería fina. Claro que al lugar no podían faltarle objetos mineros. De más está decir que, si había una familia minera, esa era la Cousiño.
Fotos de época que recuerdan a grupos de trabajo y elementos de minería como viejas baterías, lámparas, picos, palas y baldes metálicos para transportar el carbón ganan la mirada de los presentes mientras tratamos de hilvanar los tiempos y las cosas que allí se observan.
Bienvenidos al parque de Isidora
Isidora Cousiño no fue sólo la nuera de Matías Cousiño, fue también una mujer emprendedora.
La idea de crear una reserva natural con especies propias de la región y de otros sectores del país surgió de Matías Cousiño, quien luego de llegar a Lota emprendió la tarea de embellecer la ciudad.
Desde ese entonces surge la idea de realizar un parque y comienzan así, en la década que va de 1862 hasta 1872, a ser delineados los jardines y senderos por los paisajistas y arquitectos más reconocidos de la Europa moderna.
Matías no pudo ver la obra terminada. Son su hijo Luis y a su nuera Isidora quienes continúan con el anhelo del ansiado parque. Esta última, de quien el parque lleva el nombre, será la verdadera responsable de que el lugar hoy se encuentre tal como lo vemos.
Alfredo Gaete Briceño cuenta en su libro Lota, El Parque Isidora Cousiño que “luego de la muerte de Luis, en 1873, su viuda prosiguió con admirable afán la tarea de protección y enriquecimiento para embellecer el lugar, poblándolo con diversas construcciones y admirables obras de arte seleccionadas personalmente en sus frecuentes viajes al extranjero, especialmente Europa, complementadas con creaciones de autores nacionales”.
Lo cierto es que esta dama no sólo puso la semilla fundamental para que la naturaleza hiciera lo suyo, sino que también logró que la cultura se hermanara con la historia y la mitología griega a través de tan maravillosas esculturas.
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Para tener en cuentaAlfredo Gaete Briceño escribió un libro llamado Lota, Parque Isidora Cousiño que se puede conseguir en distintos lugares de la ciudad, incluido el Museo Histórico. Quien escribe esta nota compró el libro y se le ocurrió sentarse a leerlo en el parque mirando el Jardín de Invierno. La experiencia resultó majestuosa.