Paseos y excursiones:
Rafting en el río Trancura
Mónica Pons Eduardo EpifanioLa variedad de correderas da lugar a que tanto principiantes como avanzados puedan divertirse a lo largo de la corriente.

El entorno natural del río Trancura, a pasos del centro de Pucón, atrapa por los deportes de aventura que se realizan en sus aguas transparentes. El rafting se ha hecho allí muy popular dado que se puede optar por bajadas independientes entre grados II y IV, de acuerdo con la dificultad de sus rápidos.
Para adentrarnos en esta actividad, partimos en un microbús con quienes son expertos en el tema. Cuentan con un refugio muy cómodo a la vera del río y allí, luego de ponernos nuestros trajes de neopreno, el chaleco salvavidas y el casco, recibimos las instrucciones precisas. El guía nos dijo cómo movernos dentro de la balsa, con el remo, y cuáles eran las voces de mando. Así equipados, bajamos hacia la orilla, entusiasmados por encontrarnos finalmente con lo que se conoce como Trancura bajo.

A lo largo del recorrido tuvimos unos pocos momentos de sosiego en los que nos contaron que el Trancura es el principal afluente del lago Villarrica; corre zigzagueante desde la cordillera, entre valles y cañadones.
Uno a uno encaramos los ocho rápidos cuyos nombres son: el puente, el trencito, el pescador, la junta, la leona, el murallón y la pasarela. A medida que avanzábamos, el río parecía tomar más fuerza y los mejores momentos fueron casi sobre el final del trayecto. Acompañamos los movimientos individuales con gritos y risas como para darle más empuje y acción a la travesía. Fue divertido, muy divertido.

Realizamos la excursión en familia y por eso elegimos el tramo del río más prudente. Pero nos quedó pendiente aventurarnos a realizar otra salida por el Trancura alto; allí las características de la corriente exigen resolver las maniobras con más fuerza y seguridad para sortear las pendientes y las rocas irregulares del curso de agua. En la parte final, los hoyos hacen más difícil el paso y se necesita técnica; los operadores realizan la salida acompañados de kayaks de seguridad.
Ambas excursiones finalizan en el refugio, donde nos cambiamos nuevamente con ropa seca y tomamos una bebida fresca. Es momento de recordar cada uno de los episodios vividos.

En las vueltas del río, la vista del volcán Villarrica y los cerros tapizados de bosque nativo acompañan el camino hacia el lago. La turbulencia hace que se las conozca como las aguas blancas del Trancura, por la espuma que producen. Recibimos tanto emociones fuertes como momentos serenos, siempre con el aire puro como compañero de aventuras.
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