Ante su invitación, no dudamos en levantar cada pieza y examinarla, ya que en sus salas todo se puede tocar. Descubrimos en las piezas el parecido con objetos que habíamos visto alguna vez en casa de nuestros abuelos y viejos parientes.
Los cuadros de Fierro se lucen junto a un viejo buzón de correo, a utensilios hogareños, revistas y diarios amarillos por el tiempo. Paredes y recovecos están cubiertos en su totalidad por los elementos en exhibición.
Lo especial es la presencia de su creador que, con sus relatos apasionados, convierte la visita en un momento de amistad y añoranza.
La casa en sí es de apreciar. Cuenta con una bonita escalera de madera que lleva al piso superior y un balcón que ocupa todo el frente del edificio. Desde allí, observamos el lago Llanquihue y el volcán Osorno en toda su magnitud.
Para Pablo Fierro armar este espacio histórico fue un sueño personal. Luego lo concretó abriendo las puertas de esta casa detenida en el tiempo, para compartirla con nosotros.
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Para tener en cuentaMuseo de Arte Pablo Fierro
Costanera Vicente Pérez Rosales, Puerto Varas, Región de Los Lagos
Entrada liberada