La provincia de Concepción se creó el 30 de agosto de 1826 y se encuentra formada por las comunas de Talcahuano, Penco, Tomé, Florida, Hualqui, Santa Juana,
Lota, Coronel, San Pedro de la Paz, Chiguayante, Hualpén y la moderna ciudad de
Concepción, de la cual lleva el nombre la provincia.
La ciudad de Concepción es la puerta de entrada al sur de Chile y la capital de la región del Bío-Bío. Con una población actual de casi 370 mil habitantes, esta ciudad se constituye como uno de los centros de servicios financieros, comerciales y turísticos más importantes del país.
Con salida al océano Pacífico, se encuentra rodeada por el cerro Caracol y delimitada por los ríos Andalién y
Bío Bío. Sus conexiones aéreas, terrestres y ferroviarias la unen con el resto del territorio. La ruta 5 Sur, la ruta del Itata, desde el norte, y la ruta de la Madera, por el sur, constituyen los accesos más directos a ella.
Ciudad universitaria por excelencia, Concepción reúne varios centros de estudios superiores que la posicionan como uno de los más importantes centros culturales del país.
Es también sede de numerosos congresos y seminarios, importantes galerías de arte, muestras artísticas nacionales y extranjeras, museos, teatros y cines que le aportan valor cultural.
Un
city tour nos permitirá conocer sus museos más representativos, entre los que se destacan el de arte sagrado y el Museo de Historia, pero también resulta atractivo visitar el mercado local, la Plaza de la Independencia, el parque Ecuador y la pintoresca Plaza España. Pero quien se lleva todos los aplausos es el cerro Caracol, desde el cual es posible obtener una magnífica vista panorámica de la ciudad y sus alrededores.
Al norte de la ciudad es posible acceder a bellos balnearios e interesantes ciudades que se encuentran al borde del océano, empezando por
Talcahuano y Penco, hasta llegar a las inmediaciones del río Itata.
La ruta que conduce al sur nos lleva hasta la comuna de Arauco, previo paso por la apacible y turística
Lota, que en los últimos años ha logrado atraer a visitantes no sólo de nuestro país, sino también de lugares impensados.
Allí es imposible dejar de visitar sus museos y parques, el puerto local, sus marisquerías y la famosa mina de carbón llamada
Chiflón del Diablo que logra internarse miles de metros por debajo del océano Pacífico y nos permite por un rato convertirnos en verdaderos mineros.