Abriendo las puertas del cielo
A veces la naturaleza se encarga de mostrarnos qué chicos somos los hombres. La Portada es un lugar en el que esto ocurre. Si las fotos impactan, es imposible describir lo que se siente al estar frente a ella.
Es sin ninguna duda la playa más linda de la región de Antofagasta. A casi 90 kilómetros de la ciudad, Hornitos es capaz de hacernos olvidar de todo. Paz, naturaleza y mucho mar.
Es para muchos la principal ciudad del norte chileno. Capaz de mezclar el desierto con el mar, esta urbe logra darle una cálida bienvenida al turista apenas comienza a conocerla y recorrerla.
Las ruinas de Huanchaca son hoy las construcciones más antiguas de Antofagasta. Ubicadas al sur de la ciudad, su destruida arquitectura nos permite realizar un viaje a través del tiempo a una época gloriosa.
Muelle salitrero Melbourne Clark
Un viejo muelle es hoy un paseo imperdible a cualquier hora del día y en especial al atardecer, cuando las luces destacan cada uno de sus rincones.
El desarrollo, la riqueza y la historia de la región de Antofagasta se encuentran ligados a la industria del salitre. Es posible caminar las huellas de esta historia, tanto en la ciudad como en sus alrededores.
Saliendo de Antofagasta y siguiendo hacia el Norte la carretera que bordea el Pacífico es imposible no toparnos con Tocopilla, una ciudad bella con historia y naturaleza que siempre estuvo mirando al mar.
A escasos kilómetros de Antofagasta puede vivirse la singular experiencia de atravesar la delgada línea del Trópico de Capricornio.
Saliendo de Antofagasta hacia el Norte, luego de visitar La Portada, el próximo destino imperdible es Juan López, un pequeño vestigio de lo que alguna vez fue el norte de Chile.
A sólo 65 kilómetros al norte de la ciudad de Antofagasta se encuentra la comuna de Mejillones. Allí, la pesca se torna protagonista e invita a conocer un mar lleno de lobos marinos, petreles y pelícanos.